Orzuelo y chalazion
Se caracterizan por una inflamación aguda del margen palpebral en forma de forúnculo enrojecido generalmente causada por Sthaphylococcus aureus, flora habitual de la piel, lo que hace que esta patología sea muy común y en muchos casos recurrentes.
Patologías oculares y de la piel, cambios hormonales, estrés y una mala higiene ocular son las principales causas de este proceso que, por lo general, desaparece solo.
Este pequeño grano o bulto, que aparece en el exterior o interior del párpado no suele ser grave, pero sí puede llegar a provocar picazón, sensación de cuerpo extraño, lagrimeo, sensibilidad a luz y hasta dolor.
Pueden llegar a cronificarse y a convertirse en un quiste llamado chalazión. En estos casos puede ser necesario utilizar antibióticos vía oral y/o realizar una sencilla intervención quirúrgica, que permite extirparlo de manera efectiva y sin incisiones visibles.
Pterigion
Se denomina a una lesión que se inicia sobre la conjuntiva ocular en forma de una pequeña grasa o pingüeculas, que si avanza sobre la córnea se llama pterigion. Se inicia con pequeñas opacidades de la córnea de aspecto grisáceo cerca del limbo nasal. La lesión crece por encima de las opacidades y sobrepasa la córnea en forma de triángulo, ocasionando disminución de la visión.
Se manifiesta como una especie de “tela” blanquecina en el borde interno y/o externo de la córnea. En un primer momento, el pterigión puede ser indoloro aunque los síntomas que provoca suelen depender del tamaño que vaya adquiriendo. A medida que el tejido va creciendo es habitual que produzca sensación de cuerpo extraño, ojo rojo, lagrimeo e, incluso, puede llegar a impedir la visión o a inducir la aparición de astigmatismo. En estos casos, el oftalmólogo suele recomendar una cirugía del pterigión.