En el año 2012, Silvia Mergalejo, Lic. en Enfermería y Enfermera de Control de Infecciones (ECI), comenzó a trabajar en la Clínica Adventista Belgrano y desde ahí le ha dado forma al Programa de Control de Infecciones.

Este programa es sumamente amplio, dedicado primordialmente a la vigilancia para poder saber qué está aconteciendo y qué hacer. Esto consiste en medir las tasas para saber dónde se está parado y cuál es la base de datos, sin olvidar que uno de los aspectos más destacados es la prevención, para saber a tiempo qué está pasando y prevenir. Es así que al aplicar la vigilancia activa uno puede evaluar diariamente y estar alerta a las modificaciones, para poder realizar algún tipo de intervención.

Dado que mayormente se vigilan los pacientes más invadidos y habitualmente son aquellos que están en áreas críticas, se había desarrollado un plan de reducción de infecciones en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI). “Teníamos un problema con las neumonías, especialmente las asociadas a respirador. […] Habíamos hecho diferentes intervenciones, logramos disminuir, pero habíamos llegado a un punto donde no lográbamos modificarlo más. Se llevaron a cabo una serie de evaluaciones, se aplicó un paquete de medidas intensivo, aplicadas todas juntas y a controlar todo”, comenta la Lic. Mergalejo. Aunque el plan fue guiado por el área de Control de Infecciones, el equipo de UTI realmente asumió el compromiso: Enfermería y Kinesiología. A partir de que se aplicó el plan se redujeron significativamente las tasas y esto influyó también en el resto ya que al adquirir un cierto compromiso se alcanza una disminución general.

El programa de Control de Infecciones llevado a cabo en la Clínica forma parte del Programa Nacional de Epidemiología y Control de Infecciones Hospitalarias (VIHDA), al cual se reporta y se compara para conocer la realidad de otras instituciones. “Nuestra comparación más importante es la interna. Logramos en un año, pasar de 12 neumonías a tener 5. Si bien no logramos el cero que era nuestro objetivo, realmente el cambio significó. Hay que tener en cuenta que hubo cuestiones que no se podían modificar, como pacientes muy complejos con mucho tiempo de internación y es difícil que no pasen complicaciones. A veces uno pretende mucho, pero los pacientes son complejos y ningún paciente es igual a otro, pero aun así el logro fue significativo”, explica Mergalejo.

Por otra parte, en el control de bacterias asociadas al catéter, eso es infecciones relacionadas a las vías venosas, sobre todo las centrales, sí se permanece en una tasa de 0. Megalejo explica que “esto es muy importante ya que es difícil de lograr. La gran mayoría de las instituciones no puede sustentarlo en el tiempo y nosotros lo hemos logrado”, y agrega, “el mayor desafío es sustentar en el tiempo las tasas bajas, mantener esos niveles, y lo que es infecciones asociadas a catéter mantenemos en el tiempo tasas muy significativas de entre 0 y 0.20”.

Todo esto fue posible gracias al compromiso mayormente de los enfermeros y kinesiólogos. Mergalejo afirma: “Desde mi área analizo y sugiero las medidas, pero tengo que convencer de que lo que propongo está bueno y va a ayudar a mejorar, pero si no hay compromiso no se logra y esto fue posible en gran parte gracias al compromiso del personal de UTI”.